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Todo es cuestión de creencias…

Te invito a revisar contenido de tu interés, creado con cariño para ti.


¿Por qué hay momentos en la vida en los que quiero cambiar, pero definitivamente no puedo? O ¿simplemente sientes incomodidad y no sabes cómo gestionarla?.

 

A lo largo de nuestra vida vamos construyendo y reforzando nuestra identidad como seres humanos y en ella hay una serie de características que nos definen y nos diferencian entre nosotros, nuestros pensamientos, nuestras emociones y nuestras creencias toman un papel fundamental en la forma en como nos relacionamos con el mundo que nos rodea y determina también la dinámica en la relación con nosotros mismos.

 

Es por ello, que resulta clave identificar ciertos patrones que nos pueden estar limitando a la hora de querer generar cambios en nuestra vida, hoy hablaremos de las creencias limitantes y como ellas determinan nuestro actuar.

 

Una creencia es una Idea o pensamiento que se asume como verdadero. Es una interpretación / valoración que hacemos de la realidad. Las creencias son el resultado de nuestras vivencias, experiencias, aprendizajes en la vida y así también las hay que son heredadas.

 

Debemos saber que en la amplitud de nuestras creencias hay algunas que son movilizadoras como por ejemplo “el poder está en mi mente y la fuerza está en mi corazón”, “encuentra alegría en las pequeñas cosas … una sonrisa … una flor … una puesta de sol”, “si estoy confundido, es que estoy a punto de aprender algo”, “cada día sobre la tierra es un gran día”. Ellas nos permiten relacionarnos con el entorno de manera cercana, fluida y cariñosa, así también nos permiten tener conversaciones internas positivas y constructivas. Nos determinan en todos los ámbitos de nuestra vida, por ello resulta clave poder identificarlas y gestionarlas a tiempo…

 

Creencias y crianza, te has preguntado alguna vez porque en ciertas situaciones de conflicto con tus hijos, ¿tu comportamiento está lejos de ser cercano y cariñoso?, lo que sale a la luz son nuestras heridas de la infancia transformadas en creencias limitantes que por su puesto nos impiden desarrollar una crianza consciente y positiva. Nuestra forma de criar a nuestros niños está influenciada, en gran medida, por la forma en que fuimos criados. Y esto no se trata de culpar a nuestros padres (cada uno hace lo que puede con las herramientas que tiene), se trata más bien de hacernos cargo de la huella que queremos dejar en nuestros hijos porque eso si depende 100% de cada uno de nosotros… Algunas creencias limitantes más comunes hacen que socialmente se normalicen situaciones que nada tienen que ver con la crianza responsable, has escuchado alguna vez “si duermen en tu cama, jamás los podrás sacar de ahí”, “mi hija es mala para las matemáticas”, “sino les grito no me entienden”, “espera a que llegue tu padre”, “mis hijos no pueden ver llorar”. Como también las hay movilizadoras “mis hijos se merecen prosperidad, por derecho de nacimiento”, “los besos y abrazos de mis hijos son una caricia de Dios”, “tú puedes, eres muy capaz en todo lo que te propongas”.

 

Creencias y mi mundo laboral, ¿te has puesto a pensar como tus creencias limitantes afectan tu entorno laboral?, te ha pasado alguna vez que te designan una tarea y tu primer pensamiento es “huy creo que este desafío no es para mí, no tengo suficiente experiencia”, “en esta empresa, no se puede decir lo que uno piensa” o te dan mayor responsabilidad y te dices “no estoy preparado para ser líder”, o tienes algún conflicto con alguien del equipo y dices “no tiene idea del tema que está hablando”, “da igual lo que hagas en esta organización no lo van a reconocer” o hay actividades en las cuales tu pensamiento es “esto no  sirve para nada”… bueno todas ellas son creencias que dificultan tu relacionamiento en el entorno laboral y tu crecimiento se ve potencialmente afectado si no las logras identificar. También por su puesto como ya sabemos existen creencias que nos movilizan y nos ayudan a desarrollarnos mejor en estos entornos, como por ejemplo “me encanta participar de las actividades de trabajo”, “soy feliz en mi trabajo”, me divierten los desafíos laborales”, “mi equipo de trabajo es muy eficiente”.

 

Creencias y mis relaciones de amistad, si miramos las creencias desde este punto de vista nos damos cuenta que las amistades se pueden presentar en nuestra vida de varias formas, desde pequeños pasando por la adolescencia hasta nuestra adultez marcan una constante muy importante en nuestras vidas, vivirlas desde creencias que nos limitan nos impide disfrutar de este valor que tan bien nos hace, por ejemplo si creemos que un amigo “debe saber lo que nos pasas, es un mal amigo” o “sino me llama seguido es que no le importo”, “debe ser fiel hasta en las peores circunstancias”. Si por el contrario vivimos la amistad desde creencias que nos movilizan estamos cultivando relaciones duraderas y cercanas para toda la vida “la amistad se basa en la libertad”, “un amigo es quien está ahí cuando lo necesitas”, “se alegra por tus logros como si fueran propios”, “la amistad se cultiva desde el amor”.

 

Creencias y mis relaciones de pareja, si se parte de base que el amor en pareja parte desde la individualidad, es decir, somos seres independientes que por elección compartimos nuestra vida con otra persona…nos damos cuenta que cuando el amor se vive desde ese espacio surgen varias creencias que nos movilizar a querer estar y compartir en pareja “el respeto es la base de una relación”, “la tolerancia termina cuando se afecta mi libertad”, “el amor se basa en la confianza”. Pero si por el contrario vivimos una relación de pareja desde creencias más limitantes entonces nos encontramos con creencias como “el amor todo lo aguanta”, “el amor es sacrificio”, “el amor es un gran desafío”, “el que te quiere te aporrea”.

 

Creencias y tu vida personal, te has dicho o escuchado alguna vez  “no soy lo suficientemente bueno para esto”, “las personas con dinero son personas falsas”, “solo las personas inteligentes tienen éxito”, “nunca seré bueno en matemáticas”, “no puedo confiar en nadie porque siempre me traicionan”, “siempre he sido tímido, no puedo hablar en público”, “estoy demasiado viejo para cambiar”, “nunca tendré una relación saludable, todas terminan mal”, “nunca seré exitoso eso es para personas especiales” … cuantos dichos o refranes hemos escuchado de una generación a otra…como por ejemplo “para lograr resultados hay que sacrificarse”, “la plata no crece en los árboles”, “a rio revuelto ganancia de pescadores”, “cada oveja tiene su pareja”, “si el rio suena es porque piedras trae”, “no hay fracasos son solo resultados todo es un aprendizaje”.

 

Así podríamos completar una gran lista de creencias que marcaron nuestra infancia, adolescencia e incluso nuestra adultez. Esto puede surgir por varias razones, entre ellas malas experiencias vividas o por aprendizajes traspasados de otras personas cercanas a uno y que le otorgamos una valoración importante, como son nuestros padres/cuidadores, profesores e incluso de generación en generación.

 

El punto de quiebre está en identificar aquellas que son limitantes, cuando hablamos que nos limitan es porque la interpretación que hacemos de la realidad nos impide alcanzar lo que realmente queremos o necesitamos, obstaculizan nuestro crecimiento y nos limitan las posibilidades de éxito, no nos permiten poner en práctica todas nuestras habilidades diferenciadoras sino más bien nos frenan y nos paralizan.

 

Esto nos lleva a alimentar pensamientos en coherencia con esas creencias limitantes que son por consecuencia negativos y por lo mismo nos hacen sentir en un estado de incomodidad emocional e incluso física, actuando en coherencia con este sentir. ¿Te has visto alguna vez en la situación que estas conversado con otra persona que te dice algo que no te cae bien? Imagino que sí, a todos nos ha pasado alguna vez…si logramos identificar porque eso que dijo no te cae bien, lo más probable que llegues a una creencia limitante que te impide ver esa realidad de otra manera.

 

Cuando buscamos un cambio, a veces los impedimentos para el mismo pueden venir de nuestras propias creencias limitantes y por lo general tienen como base la emoción de miedo y la culpa pudiendo dañar nuestra autoestima y nuestra seguridad. Muchas veces no somos conscientes de esta situación y atribuimos nuestros resultados en el ámbito que sea a la suerte, en consecuencia, de que si analizamos nuestra base de creencias podemos identificar aquellas que nos movilizan y aquellas que nos limitan.

 

Una forma de poder identificarlas es teniendo la consciencia de que por un lado existen y por otro lado nos gobiernan, con ese primer paso se pueden cuestionar e intentar reformular: “no soy capaz” preguntarse: ¿será cierto que no soy capaz? Cambiar por: “si al menos lo intento podría resultar…

 

Otra forma es gestionar las creencias desde lo positivo, ver el vaso medio lleno como popularmente se dice…reformula tu creencia en positivo y repítela constantemente… “no soy capaz de lograrlo”, cambia a “con mi perseverancia seguro lo lograre”

 

Ahora otra manera es buscar evidencia sobre esa creencia que te limita, busca ejemplos donde haya ocurrido todo lo contrario. “no soy capaz de lograrlo” cambiar por “he sido bueno en esto y en esto otro también”

 

Y en última instancia si ves que te esta costando identificarlas y poder trabajar en ellas busca ayuda, hoy existen varias técnicas para trabajar con nuestras creencias limitantes, simplemente el poder esta n ti.

 

¡Lo importante es tener el coraje de querer trabajar en una mejor versión de ti mismo eligiendo dejar patrones que te impiden sacar tu mayor potencial, vivir en bienestar y por consecuencia ser más feliz!

 

"Lo más importante para aprender, es vaciar la mente de falsas creencias." (Antisthenes)

"Nada te ata, excepto tus pensamientos, Nada te limita, excepto tus miedos, Nada te controla excepto tus creencias." (Marianne Williamson)

Te gustaría llenarte de posibilidades de éxito y bienestar. Te invito a revisar como podemos trabajar juntos a través de mis procesos terapéuticos y taller. 


Un abrazo,

Sol Letelier



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