¿Te has preguntado alguna vez que tiene que ver tu diálogo interno con tu éxito o tu fracaso?

Te invito a revisar contenido de tu interés, creado con cariño para ti.

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Identificar desde dónde nos hablamos, resulta clave para establecer el límite de lo saludable, que nos estamos permitiendo, que nos estamos diciendo, desde que espacio nos identificamos con nosotros mismos, desde que creencias nos movilizamos, y esto en este punto no tiene que ver con lo externo sino con nuestro interior.

¿Nos permitimos el fracaso como parte de un aprendizaje?, ¿somos conscientes que el camino por lo general tiene dificultad pero elegir desde donde lo experimento marca una diferencia?, ¿nos alentamos y celebramos nuestros logros por muy pequeños que parezcan? ¿Me identifico con el logro, la constancia, dedicación y cariño aun cuando los resultados no son los esperados?, ¿Cuáles son mis creencias sobre mí?, ¿Me reconozco en quien sufre y padece o me reconozco en quien se para, se limpia y continua el viaje?...¿Me detengo en imaginar una mejor versión de mi o me quedo en el ahora pensando que no es posible para mí una mejor versión?.

Todas estas reflexiones nos movilizan o nos limitan dependiendo del lado de la moneda que elijas reflexionar. Ahora ¿Qué tiene que ver el dialogo interno con nuestro éxito o fracaso?, ¡mucho!, porque determina nuestro actuar, la forma en como nos relacionamos con el mundo, influye en nuestra autoconfianza, en nuestra capacidad para pararse frente a las dificultades, en nuestra motivación y también en la perspectiva que se tiene de lo que ocurre a nuestro alrededor.

Si tienes un diálogo interno negativo que te dice que no eres lo suficientemente bueno o que no puedes lograr tus metas, te criticas constantemente, te acompañan pensamientos catastróficos y cuestionas tus habilidades constantemente, es probable que te sientas desmotivado y seas menos consciente de que el cambio depende solo de ti y no de las circunstancias externas. Por otro lado, si tienes un diálogo interno positivo y alentador, reconoces tus logros y tus fortalezas, enfrentas los desafíos de la vida como oportunidades, es más probable que te impulses a tomar acciones que te acerquen más a un estado de bienestar.

Tu diálogo interno será el único diferenciador para superar los desafíos que encuentres en el camino. Por ello cultivar un diálogo interno constructivo es y debe ser uno de tus principales desafíos en tu vida.

Aquí te recomiendo algunas formas para ir trabajando en ello, con constancia y dedicación tu cerebro comienza a reprogramarse a tu favor.

1.- Potencia lo positivo en ti, lo puedes entrenar, identifica lo que te molesta, pero elije vivir en lo positivo.

2.- Reflexiona sobre tus logros y celébralos por muy pequeños que parezcan.

3.- Toma consciencia de tu dialogo interno y el impacto en su salud física, emocional y mental a través de meditación, ejercicios de respiración o alguna técnica de bienestar.

4.- Cuando estés solo en silencio, en esa actitud reflexiona que pasa dentro de ti, toma el tiempo que te lleva estar tranquilo y sin aburrimiento, solo en paz. ¡Si es posible sin que te hagas daño con tus pensamientos por muy poco tiempo que sea, es posible para ti! Solo lo debes cultivar.

5.- Repite conmigo: soy fuerte, soy valiente, soy poderoso/a, soy feliz, soy capaz. Cada célula de tu cuerpo reacciona a estas afirmaciones porque nuestra mente es muy poderosa, se convierte en una realidad para tu cerebro que no distingue lo real de lo imaginario, te invito a comenzar solo con el poder de tus pensamientos.

Recuerda que todo es cuestión de creencias y si tienes una creencia que te limita esta llega a ser tu verdad, pero ocurre lo mismo con una creencia movilizadora. ¡Te ayudo! Te acompaño a transformar tus creencias y despertar en ti, tu propia consciencia para sanar, ser libre emocionalmente y más feliz!.

Te gustaría llenarte de posibilidades de éxito y bienestar. Te invito a revisar como podemos trabajar juntos a través de mis procesos terapéuticos y taller. 

Un abrazo,

Sol Letelier