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Tu actitud marca la diferencia. ¿De qué hablamos, cuando hablamos de actitud?

Te invito a revisar contenido de tu interés, creado con cariño para ti.


"Si no puedes volar, corre. Si no puedes correr, camina. Si no puedes caminar, gatea. Pero hagas lo que hagas, siempre sigue hacia adelante". (Luther King).

Los expertos estiman que el éxito es un 80 % de actitud y un 20 % de aptitud. Una actitud mental positiva puede enriquecer tu vida y tus relaciones. Una visión positiva puede establecer la diferencia entre disfrutar con aquello que haces o simplemente tolerarlo. También puede significar más oportunidades de progreso en todos los ámbitos de tu vida.


De donde viene esa actitud, esa forma de relacionarse con el mundo exterior y contigo mismo…viene de tus creencias, esas verdades que nos parecen tan reales que no somos capaces de cuestionar, una creencia puede movilizar tu actitud, pero por otro lado también puede limitar aquellas cualidades y habilidades que te hacen crecer y relacionarte efectivamente con los demás.


¡Te has preguntado, ¿Por qué en ocasiones has tenido una mala actitud?!

Todos alguna vez en la vida hemos tenido una mala actitud, ahora la pregunta siguiente es ¿has cuestionado tus creencias detrás de esa mala actitud? ¿O quizás un paso antes, te has dado cuenta que detrás de esa mala actitud hay una creencia que te limita?


Recuerda que una creencia es una Idea o pensamiento que se asume como verdadero. Es una interpretación / valoración que hacemos de la realidad. Las creencias son el resultado de nuestras vivencias, experiencias, aprendizajes en la vida y así también las hay que son heredadas por nuestro entorno cercano. Por ello cuando hablamos de actitud es inevitable que hablemos también de creencias.


Para comprender un poco mejor esta idea te voy hablar del perfil emocional, tu huella digital emocional y de cómo está configurado por 6 dimensiones - según Richard Davidson - quién además la define y describe como la manera de responder a las experiencias que tenemos en la vida de manera consecuente:


  • Resistencia: la rapidez o la lentitud con que uno se recupera de la adversidad.

  • Actitud: el tiempo que somos capaces de hacer que dure una emoción positiva.

  • Intuición social: la pericia a la hora de captar las señales sociales que emiten las personas que uno tiene a su alrededor.

  • Autoconciencia (conciencia de sí): el modo en que percibimos los sentimientos corporales que reflejan las emociones.

  • Sensibilidad al contexto: cómo se nos da regular nuestras respuestas emocionales para tomar en cuenta el contexto en el que nos encontramos.

  • Atención: lo clara y enfocada que es nuestra concentración.

La falta de control emocional ante las adversidades, estar realizando una actividad que no disfrutas, tu historia personal (como la crianza en un hogar problemático), vivir desde la desconfianza (asumiendo que las otras personas actúan con dobleces) y tener tendencia a los conflictos interpersonales, son algunas de las causas de tu mala actitud. Si sientes que alguna vez te has comportado de manera egocéntrica, teniendo una visión negativa de las cosas que te pasan, has ocupado el lugar de víctima, sentido apatía y por lo general has tenido un sentimiento de ser poco feliz, estas son algunas características de un perfil emocional negativo.


Por el contrario, si en general tienes una actitud proactiva y de solución frente a conflictos, buena disposición, compromiso con los desafíos, propones nuevas ideas que puedan contribuir a mejorar tu entorno, entonces tienes un perfil emocional positivo.


Detrás de cada perfil emocional sea negativo o positivo hay creencias de base y cuando nos damos cuenta de ello nos podemos hacer responsables de nuestra propia realidad y dejamos de atribuir nuestra mala actitud a otros o a situaciones externas a nosotros, en consecuencia, la invitación es a analizar nuestra base de creencias para identificar aquellas que nos movilizan y nos permiten tener una buena actitud y aquellas que nos limitan. Cómo dice Viktor Frankl:

 

“Cuando ya no podemos cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos”. “Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas – la elección de la ACTITUD personal ante un conjunto de circunstancias, para decidir su propio camino”

 

 
 
 

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